lunes, septiembre 25, 2006

Experiencia personal

Recuerdo que cuando era adolescente, tal vez un poquito más grande. Leí en alguna revista frívola que uno debe arriesgarse a dar el primer paso. Jaja.
Hace poco, husmeando en otra revista frívola leí que como mujer no debes dar el primer paso porque asustas al muchacho en cuestión. ¿Por fin? Demasiado tarde se contradijeron en sus consejos.
Abrir el corazón es difícil y lo es más cuando la persona a quien quieres dejar entrar, en vez de hacerlo sale corriendo.
Me ocurrió en la prepa.
Me ocurrió con dos hombres cuyos nombres eran compuestos y empezaban así: Juan...
Para acabarla, hace poco le mande un poema a un amigo. Se sacó de onda porque quedó sin palabras y no supe de él en casi tres semanas. Y juro que el poema no tenía ninguna intensión romántica. Más bien era un recuento de nuestras correrías (para la próxima, se lo explico).
En fin. A veces, cuando el resentimiendo se esconde, pienso que no estuvo tan mal que me hubieran rechazado aquellos a los que confesé mi cariño. Más bien, pudo haber sido una señal. Sí, claro! No eran la persona indicada para estar a mi lado. Por supuesto! No nos ibamos a entender. Es obvío! Me iban (y les iba) a causar grandes daños. Si es cierto, tuvieron tanta razón. Alguien que ve abierto un órgano vital sumamente rojo y en vez de adentrarse en él lo confunde con una caja de cartón y lo arrincona, no puede merecer estar conmigo.

2 comentarios:

AOV dijo...

Sabio razonamiento; siempre y cuando esté exento de esa ironía que creo percibir en tus palabras, pero si no es así, de cualquier forma es un sabio razonamiento

Saludos

Not Mellow dijo...

Qué feo comprobar que sí se asustan, ¿no? Y qué bueno evitarnos angustias inútiles así. Me va gustando esto.